sábado, 23 de octubre de 2010

Universidad y Sociedad, una conversación imprescindible

Por Judith Gerbaldo

En momentos como los que nos toca vivir en el ámbito universitario, siempre es bueno tener claridad acerca del lugar en el que estamos ubicados. Desde dónde miramos la realidad y cuáles son los posicionamientos que adoptamos.

Tan imprescindible es el diálogo entre la academia y la sociedad y la incidencia que puede tener en aportar argumentos y búsqueda de dignidad en las luchas que libra la ciudadanía, que una vez más es importante aclarar el apoyo y promoción del debate y la participación universitaria en la vida pública de Córdoba, en las políticas públicas y en particular, en el álgido tema del proyecto de ley de educación en el nivel medio pronto a ingresar a la legislatura cordobesa. No fueron profesores, ni legisladores, ni personajes públicos, ni padres de familia, quienes iniciaron esta emblemática lucha, sino los estudiantes secundarios, que ganaron el espacio público desde su lugar de ciudadanos y de sujetos políticos, dispuestos a comprometerse por la educación que querían recibir.


En el plano universitario y con respecto a la idea de toma de la ECI (como de cualquier otra unidad académica) hoy por hoy (22 de octubre) podríamos caracterizarla como fuera de lugar y a destiempo. Son otros los mecanismos que se imponen para sentar posiciones. Debatir, reflexionar, investigar el proyecto, conocer en detalle sus implicancias, son los pasos previos a cualquier acción. No parece ser el caso. Quienes impulsan la toma no dan muestras de conocer el proyecto en detalle. Por otra parte, a qué conduciría una supuesta toma? Qué se conseguiría con una escuela de comunicación paralizada?

Además, resulta preocupante que algunos sectores del ámbito estudiantil pretendan conseguir por la vía asamblearía lo que no se consiguió por medio de los votos. La reciente compulsa electoral de las y los estudiantes en nuestra unidad académica, fue contundente. Queda en claro quienes ostentan las mayorías estudiantiles. Y quienes optaron por estar fuera de juego, ya que una gran cantidad de estudiantes optó por no participar, porque no se siente representado o porque mantenerse al margen es la forma de expresar un indiferente individualismo. Los estudiantes que pretenden impulsar la toma de la ECI, quizá debieran haber trabajado para lograr incidencia en las recientes elecciones y así alcanzar la representatividad de la que hoy carecen.


Respecto de la metodología, el cómo lo están haciendo y los sentimientos que esto produce, hay mucho por agregar. Comparto con ustedes la nota que escribiera Emiliano Peña Chiappero, profesor adscripto de la Cátedra, que también hace referencia a estos temas y con la que me identifico.

De asambleas y democracia

Por Emiliano Peña Chiappero.

Como parte de un colectivo de estudiantes y egresados que venimos gestionando un espacio participativo y abierto desde su creación y a punto de cumplir 10 años como Radio Revés, me siento personalmente agredido por quienes en nombre de la lucha en contra de la desigualdad y el autoritarismo de las instituciones de gobierno (ya sean universitarias, provinciales y nacionales) pretenden imponer una postura en base a amenazas o intento de agresiones a quienes no comparten sus mismas opiniones y acciones.

La base de la lucha es la defensa de los derechos individuales y colectivos; de la democracia y sus formas de ejercicio pleno y sin imposiciones de ningún tipo. Si en asambleas con escasa participación en relación a la enorme cantidad de estudiantes de cada escuela o facultad, al primer atisbo de oposición a determinadas mociones las respuestas autoritarias y patoteras son el cercenamiento de la opinión vertida con criterio responsable, ya sea individual o colectiva, o la agresión lisa y llana; dejan de convertirse en militantes de una causa justa para transformarse en los mismos que generan las situaciones que hoy atravesamos como sociedad.

Sentir una profunda tristeza de ser parte de una Universidad donde sectores estudiantiles, con jóvenes capaces de militancia y lucha por una educación pública, gratuita, laica y al servicio de una sociedad más justa, reproducen las mismas condiciones de sometimiento autoritario y desigual por el que hoy atravesamos en muchos niveles de nuestra sociedad.

Que las discusiones sean cada vez más amplia y profunda, nos obliga a poner todo de nosotros para que cada vez seamos más los actores sociales involucrados en las mismas, porque si no nos volvemos círculos cerrados regodeándose en su propio compromiso sin posibilidades de sumar a quienes muy probablemente no concuerden con nuestras opiniones y acciones, pero que son imprescindibles para que la lucha sea efectivamente colectiva y cumpla con los objetivos que se propone: una sociedad más justa e igualitaria para todx y todxs.

lunes, 18 de octubre de 2010

ESTAMOS CONSTRUYENDO NUEVAS UTOPÍAS


Por Eduardo Anguita en http://sur.elargentino.com/notas/estamos-construyendo-nuevas-utopias

Es la síntesis de América latina: nació en Venezuela, peleó contra la dictadura de Somoza en Nicaragua, y durante 11 años de guerra civil en El Salvador dirigió Radio Venceremos. Entrevista a Carlos Henríquez Consalvi.

La resistencia del pueblo salvadoreño, en años de guerra civil, llegó a oídos del mundo –el mundo que quería escuchar– por la radio Venceremos. Fundada por el escritor y periodista Carlos Henríquez Consalvi, transmitió, durante once años, desde las montañas de Morazán acompañando la lucha contra la intervención norteamericana y contra el militarismo que por seis décadas llevó represión y muerte a ese país.
Durante once años, el cielo abierto y mil estrellas atestiguaron el relato de un hombre en una montaña de Centroamérica. Durante once años, en ese preciso instante, el mismo cielo fue testigo de otro hombre escuchando la misma voz, en cualquier otro punto del planeta. Lo romántico del lenguaje radial y las posibilidades que brinda se cruzaron once años con el romanticismo de lo revolucionario.
Carlos Henríquez Consalvi es, también, el fundador, en 1994, y director del Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador. Latinoamericano de pura cepa, nació en Venezuela y antes de llegar a El Salvador pasó también por la Argentina y Nicaragua, donde se unió a la lucha contra la dictadura de Somoza. Hoy, de paso por el país, cuenta su historia a Miradas al Sur.

–¿Cuándo se radicó en Nicaragua y comenzó a involucrarse en la lucha revolucionaria?
–Me incorporé a la lucha contra la dictadura somocista siendo un estudiante de segundo año de periodismo. Pertenezco a una generación que, cuando miraba alrededor, veía dictaduras militares por todos lados. En la universidad nos preguntábamos sobre qué clase de periodismo podíamos hacer en estos países. En el caso de Centroamérica, nos tocó incorporarnos a la lucha armada en Nicaragua, trabajando en los medios de comunicación de la revolución sandinista. Y luego creando la radio clandestina Venceremos. En 1980, tras el asesinato de monseñor Romero, me trasladé a El Salvador.
–¿Qué enseñanzas le dejó hacer periodismo directamente desde el corazón de la lucha?
–Fue una aventura radiofónica. Muchas veces hicimos periodismo de catacumba, estábamos bajo tierra para soportar los bombardeos que la administración Reagan enviaba contra El Salvador. La mejor enseñanza, en pocas palabras, es que no hay poder capaz de detener a nuestros pueblos cuando están dispuestos a luchar contra el autoritarismo, contra la represión y cuando están en lucha por su dignidad y por la construcción de sociedades justas y equitativas.
–A pesar de ser clandestina, Venceremos era a su vez una joya muy buscada por los norteamericanos y por la derecha salvadoreña. ¿Cómo logró sobrevivir la radio transmitiendo en onda corta para todo el mundo, bajo la persecución de una aviación y unos servicios de inteligencia como los norteamericanos?
–Y en un territorio muy pequeño, no hay que olvidarlo. El país tiene 20 mil kilómetros cuadrados y se puede atravesar en tres horas. La montaña fue nuestro pueblo: nos protegió y nos dio aliento. La razón se encuentra en el apoyo popular que tuvimos. Transmitimos durante once años bajo todo el asedio, en un momento en el que la administración Reagan le había tratado de decir al mundo que la insurgencia salvadoreña había sido derrotada. Por eso era tan importante que la radio Venceremos saliera todos los días a las seis de la mañana. Transmitíamos una hora, luego volvíamos a transmitir a las doce del mediodía y a las seis de la tarde. Era un compromiso, porque le demostraba al mundo que esa propaganda era incierta. En las montañas había un contingente social dispuesto hasta lo último para cambiar esa historia de sesenta años de autoritarismo, que finalmente fue transformada con los acuerdos de paz de 1992 y luego con el triunfo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, la antigua guerrilla ahora convertida en partido político.
–¿Cómo era trabajar en esas circunstancias y cuál es su reflexión hoy, cuando escucha a un joven decir que quiere seguir contribuyendo a ese vínculo que es la radio?
–En aquellos momentos lo único que teníamos era un micrófono. El primer día iniciamos la transmisión con una pequeña grabadora, con un casete con las canciones Venceremos y El pueblo unido jamás será vencido. Después se sofisticó más. Gracias a los japoneses, que hacen todo pequeño, teníamos un mixer. Cuando un barco norteamericano lanzaba la interferencia sobre nuestra señal, la creatividad del salvadoreño es tanta que vencía esa interferencia de mil maneras. Comenzamos a transmitir en frecuencia modulada. Hoy, lo que les digo a los estudiantes es que no se necesitan grandes recursos para hacer buena radio, sobre todo en los casos de nuestros pueblos, en donde hay tantos que jamás tuvieron voz.
–¿Cómo vive la batalla por la comunicación que se está librando en los pueblos latinoamericanos y la transformación de los medios de comunicación en armas poderosas, como lo era Radio Venceremos?
–Creo que estamos cosechando frutos luego de tanta sangre, de tanto sacrificio. Hace poco me encontré a un compañero que estuvo involucrado acá en las luchas sociales, y le dije: “Estamos transformado los medios de comunicación. En todos los campos hay nuevos vientos. Y es por tu lucha, por tu sangre, por la muerte de tus hermanos caídos por los escuadrones de la muerte en Buenos Aires”. América latina ya no es la misma. Ya no somos lo que éramos para la estrategia de los poderes. Son momentos de esperanza y tenemos la memoria para construir.
–Por suerte, luego de los años tremendos, el olor a la pólvora se disipó. Ahora podemos trabajar con las palabras. Hoy, en la Argentina, hay un proyecto de ley en el Congreso para declarar de interés público la producción de papel. De la misma manera que trabajamos popularmente la ley de medios, la idea es que el papel no sea apropiado por los monopolios informativos. Han cambiado las batallas, pero los objetivos siguen siendo los mismos.
–Actualmente, en El Salvador nos estamos enfrentando a medios de comunicación que fueron cómplices del pasado, que fueron los que señalaron a monseñor Romero y a tantos miles para que luego los escuadrones de la muerte acabaran con su vida. Ahora, en esa lucha, hay 22 radios comunitarias que están cumpliendo un papel importantísimo, abriendo los micrófonos a las comunidades y enfrentándose a dos o tres medios en poder de los grandes empresarios.
–¿Qué significancia tuvo el cambio de gobierno para el mapa de medios y qué tan concentrados están hoy?
–Ustedes lo han vivido: la concentración de los poderes sobre los medios de comunicación no se cambia de la noche a la mañana. Pero, más allá de las políticas del Estado, estas radios juegan un papel muy importante. Con el nuevo gobierno se les abrieron todo tipo de pautas hasta entonces cerradas. Eso les da la posibilidad de fortalecerse, de crecer y de mantener esas ventanas abiertas a la comunicación.
–En Latinoamérica no es sencillo hacer memoria sobre la sangre caliente. Hay elementos de dominación cultural que se conjugan con los hechos antropológicos que quieren desvirtuar y pervertir la memoria. ¿Cómo fue la construcción de ese espacio de la memoria que emprendió en 1994?
–Durante los once años que duró la guerra civil, guardamos uno a uno los casetes de la radio Venceremos, al igual que fotografías y películas. Al terminar, pensamos que toda sociedad en postguerra necesita de su memoria para construir el futuro. Mucho más en ese pequeño país en Centroamérica que estaba dibujándose en los mapas del siglo XXI. Hay sociedades en las que, cuando termina una guerra, no se quiere saber nada. En El Salvador pasó todo lo contrario. Inmediatamente después de la guerra se desató una gran energía en las comunidades por recordar, por dignificar a las víctimas. Es un movimiento inédito en América latina, que viene a romper con aquello que aprendimos en los libros sobre el tema de la memoria.
–Los revolucionarios salvadoreños que lucharon resistiendo todos los ataques, hoy están aliados a sectores que no tuvieron un compromiso tan grande.¿Cómo se comprende y cómo se comparte esa alianza entre quienes fueron protagonistas de la lucha y quienes no tienen una entrega tan grande a la hora de decir que hay que juzgar hasta al último de los criminales?
–El presidente actual fue un periodista que durante 20 años mantuvo un programa de televisión y jugó un papel importante en momentos en que precisamente las grandes televisoras, los grandes poderes, controlaban los medios impresos y cerraban todos los espacios. Mauricio Funes tuvo un papel importante en abrir esos espacios que estaban cerrados y, posteriormente, hacer una alianza. Es un hombre de izquierda pero no es un militante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Creo que esta alianza entre el Fmln y la figura de Mauricio es lo que tenía que suceder luego de dos décadas de gobiernos de derecha que saquearon al país. Creo que se está viviendo una transición como debía ser. Lo están demostrando ahora con las políticas de inclusión. Yo estoy muy cercano a las políticas del Ministerio de Educación. Y allí están haciendo cambios. No quizás con la velocidad que todos quisiéramos, pero creo que es con la velocidad posible.
–Respecto de las políticas de memoria, ¿Funes es un impulsor o dice que “no es momento de despertar a la bestia”?
–Funes lanzó actos simbólicos como el de reconocimiento de los crímenes cometidos por el Estado. Ha creado una sección de derechos humanos muy importante, dependiente de la Cancillería. Está dando pasos concretos. Pero como hubo una amnistía en el país, los pasos finales no están en manos del presidente sino de una asamblea legislativa. Por eso las elecciones del próximo año son importantes para que el Fmln tenga una asamblea que pueda hacer los cambios posibles en el campo de los derechos humanos y el campo social. Las encuestas, al menos, así lo dicen.
–La cercanía de El Salvador con Honduras es manifiesta y la situación hondureña no sólo preocupa a la región de Centroamérica sino a toda América democrática. ¿Qué se sabe de Honduras?
–Hace pocas semanas vimos una manifestación de fuerzas de la resistencia en las calles de Tegucigalpa. Nosotros estamos muy cercanos a los compañeros, se les da muchísima solidaridad y tenemos esperanza de que el pueblo hondureño, lo más pronto, logre vencer toda esa arquitectura, esas garras del pasado que resurgen. Tengo la plena convicción de que de la memoria nace la esperanza. De los trabajos que realizamos con los museos de la memoria, con todos los compañeros del Caribe y de toda América latina, me voy con muchas ideas para llevar a cabo en mi país. Sobre todo, me llevo muchas emociones, porque yo había estado en una Buenos Aires diferente. Todavía hay mucho que cambiar, pero hay vientos diferentes. Y eso me llena de esperanza.

• LA ÚLTIMA PALABRA DIVINA
“Yo quisiera hacer un llamamiento de manera especial a los hombres del ejército y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles: hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dé un hombre, debe de prevalecer la ley de Dios que dice ‘No matar’. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla.”
(Arnulfo Romero, 23 de marzo de 1980)
–El asesinato de monseñor Arnulfo Romero fue uno de los motivos que lo llevaron a trasladarse a ese país e involucrarse en su lucha. En su último discurso, Romero dice precisamente qué es el mandato divino; lo dice como religioso y también como humanista.
–El 24 de marzo de 1980, 24 horas después, cuando monseñor Romero levantaba el cáliz en una misa, un disparo pagado por la oligarquía salvadoreña le cortó la vida. Precisamente por ese discurso donde anteriormente había llamado a Carter pidiéndole el cese de la intervención de los Estados Unidos y de las armas dadas a los asesinos que masacraban a nuestro pueblo. Los poderosos creyeron que con su muerte se iba a instaurar en el país el silencio de los sepulcros. Pero la lucha de nuestro pueblo logró revertir tanta barbarie, tantas masacres durante los 11 años de la guerra civil en El Salvador. Masacres como el Mozote, donde mil campesinos fueron asesinados por un batallón creado en los Estados Unidos. Pero nuestro pueblo retomó esa voz de monseñor y su ejemplo para construir lo que estamos viviendo ahora, construyendo nuevas utopías, con mucha esperanza y cumpliendo en parte los sueños que él nos legó.

jueves, 14 de octubre de 2010

Otra Mirada del rescate de los mineros


Los y las invitamos a compartir una interesante mirada a raíz del rescate de los 33 mineros atrapados en una mina chilena.


La Teletón de los mineros
Es un poco ingenuo rasgar vestiduras diciendo que la cobertura es un show. Una tragedia así, con final feliz y repercusiones planetarias, tiene todos los ingredientes para generar una puesta en escena que se ha convertido en hito para un gobierno que se quedó con el control de la agenda sin contrapesos. Y también es una proeza ingenieril que logró que la televisión se supere a sí misma como madre putativa de la sociedad del espectáculo.

“Lo único que les pido es que no me traten ni como artista ni como periodista, quiero seguir siendo el de siempre”. A las 3:44 am Mario Sepúlveda el más histriónico de los mineros, el segundo en salir a la superficie, demostraba tener más altura que las cámaras de los canales que lo adoraron de inmediato. Sepúlveda habló “como si estuviera en el living de su casa” en palabras de Amaro Gómez-Pablos, de seguridad laboral, de las responsabilidades que le caben “a los mandos medios” en desastres como el de la mina San José, que no se pueden volver a repetir.

Con todo el impacto que generó la salida de Mario Sepúlveda y sus abrazos repetidos al Presidente Piñera, al ministro Laurence Golborne y el resto del staff encargado del rescate, el minero obviamente llegó demasiado tarde para torcer la agenda de una televisión más cerca de la programación circense que de la pauta periodística, que es la que enarbola como bandera para justificar una cobertura intoxicante. Con cierto descaro y más tintura que experiencia, Carla Zunino atribuyó las palabras de Sepúlveda “a la verborrea que lo caracteriza”. Amaro con todas las trazas de presentador de concursos que le oímos durante la larga transmisión, más que verborrea supo reconocer la sensatez en las palabras del minero.

La caricatura del reportero engendro de una prensa basura, es demasiado antigua. Ya en algunas referencias al accidente de la mina San José ha aparecido “El Gran Carnaval”, una película de Billy Wilder hecha en los años 50 en la que Kirk Douglas interpreta a un periodista en medio de un desastre minero que acuerda con el sheriff del pueblo retrasar el rescate para mantener el show. Por cierto la película sirve de punto de partida para una columna del diario El País sobre el tenor de la cobertura. Por cierto menos halagueña que la nota sobre cómo nos ve la prensa internacional. Provinciana y repetida hasta el cansancio.

Tampoco es mala idea volver sobre Wayne Gale el periodista megalómano de Robert Downey Jr en “Asesinos Por Naturaleza” para entender que la crítica a la televisión a propósito de la cobertura de la mina San José es tan antigua que el cine ya se hizo cargo del asunto y sería un poco ingenuo rasgar vestiduras ahora. Lo más recomendable es asumir de inmediato que el contenido transmitido por la televisión, no es estrictamente periodismo sino simplemente televisión.

No puede ser periodismo si los editores prefieren rotar un móvil desde la Vega Central, o un si un reportero fogueado le pide a uno de los familiares que cuente un chiste, en vez de una infografía, por ejemplo, de los otros yacimientos que operan en condiciones similares al de Minera San Esteban y que el gremio de ingenieros y geólogos -del que se nutren silenciosamente algunos líderes de opinión convertidos en especialistas de un día para otro-, conoce perfectamente.

Es televisión pura y no periodismo cuando en pantalla prefieren llamar a los mineros “héroes” y no referirse a ellos como “víctimas” de la precariedad laboral. Es televisión pura el informativo que ni siquiera cuestiona qué hace Miguel Piñera en el campamento, que no es, como sabemos, el hermano economista del Presidente y encima trata a algunos familiares de resentidos Lo mismo cuando la conductora ancla de un noticiario le da una especie de reto de abuela a Yonny Barrios, el minero que tiene dos mujeres.

Es preferible pensar que es televisión y no periodismo si uno de los reporteros que cubrió la guerra en Irak hace una nota sobre las coincidencias numerológicas del 33 y no hay ningún espacio para mención alguna sobre los vínculos del Ministro de Defensa con la perforadora que posibilitó el Plan B. Menos para la noticia de que el Senado aprobó el proyecto del Royalty minero con invariabilidad de seis años. Por 26 votos a favor, uno en contra y tres abstenciones de senadores concertacionistas.

Pero entendemos. La televisión vive de ingresos publicitarios que hacen posible los sueldos de siete dígitos de los periodistas-rostro, por los que vale la pena dejar en la universidad la reflexión y otros enciclopedismos. La pantalla vive de rating y en esta pasada, ganó TVN con 28,2 puntos promedio, luego Chilevisión con 18,0, Canal 13 con 17,9 y Mega 12,1. Según los datos entre las 22:00 y las 00:15.

Y la televisión necesita espectáculo, igual que la política. Eso lo ha comprendido este gobierno, aunque en una táctica goebbeliana decidió licitar una señal oficial en manos de TVN, que empezó a transmitir apenas el helicóptero presidencial aterrizó en el campamento, continuando con Piñera y sus ministros conversando sobre un plano de operaciones desplegado a la vista, con el audio debidamente seleccionado, para reducir al mínimo el margen de error. Para que cuando Piñera abrazara a Florencio Ávalos, el primer minero en salir no hubiese otra cámara ni nadie que obstaculizara el plano prácticamente despejado y lo vieran los mil millones de personas que según el diario El Mundo seguían el rescate. Algunos de esos volverán a verlo cuando visite Europa a partir de este viernes.

Publicación Original (http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2010/10/13/la-teleton-de-los-mineros/)

Y desde ALER, una nota para compartir sobre un tema poco abordado durante estos dias: que pasa con los mineros que no seguirán trabajando por el cierre de la mina de San José

http://www.aler.org/produccioninformativa/index.php/csm1/3715-chile-mas-alla-del-rescate

domingo, 10 de octubre de 2010

El doble crimen de un periodista

Adams Ledesma, 33 años, integrante del periódico y la señal de televisión Mundo Villa fue asesinado a puñaladas hace casi un mes. La muerte sigue impune. Además, los reclamos internacionales como el de la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -entre otros- fueron ignorados por todos los medios convencionales: otro crimen.

¿Qué es un periodista, un comunicador? ¿Ledesma no lo era? ¿Hay un racismo mediático que denuncia supuestos ataques a la prensa, mientras silencia este asesinato? La embajadora boliviana Leonor Arauco, Ingrid Beck (Revista Barcelona), Roberto Guareschi (ex director de Clarín), Guillermo Mamani (periódico Renacer), Andrés D’Alessandro (director de FOPEA), Alejandro Rodríguez Diez (Diario sobre Diarios), Judith Gerbaldo (Sur, radio comunitaria de Córdoba) y la voz del propio Adams Ledesma, frente a los crímenes invisibles.

Escuchá la primera parte del programa:




Escuchá la segunda parte:






Más info y programas: www.decimu.com.ar

sábado, 9 de octubre de 2010

EL DIARIO "LA MAÑANA DE CORDOBA" ESTA TOMADO POR SUS TRABAJADORES GRAFICOS

de Jorge Oscar Martinez
Sábado, 09 de octubre de 2010 a las 23:12
La UNION OBRERA GRAFICA CORDOBESA comunica que, en el marco del conflicto que mantiene por el cierre intempestivo de la planta impresora de los diarios Ambito Financiero y La Mañana de Córdoba, decisión adoptada por los responsables de Ambito Financiero, y ante el estancamiento de las negociaciones que permitirían la normalización de las tareas, los trabajadores gráficos y la UOGC resolvieron ocupar pacíficamente las instalaciones del taller.

La extrema medida, tomada ante la incertidumbre y la zozobra sobre la continuidad de las actividades, tiene la finalidad de preservar los bienes y la integridad de la empresa ante la maniobra empresaria que pretende dejar a todos los trabajadores en la calle.

La preocupación de esta organización alcanza también a la posibilidad de que nuevamente en Córdoba se produzca la desaparición de un medio de comunicación gráfico, en la continuidad de una lamentable circunstancia que se ha reiterado en el tiempo y que deja a los cordobeses afectados en sus derechos a la información y resta expresiones locales que reflejen las condiciones propias de nuestra cultura y modo de vida.

Por todo ello, se reitera el compromiso de luchar junto a los trabajadores para impedir la pérdida de puestos de trabajo y de un medio de comunicación.


Hugo D. Ortiz Ilda Bustos
Sec. Adjunto UOGC Sec. General UOGC

viernes, 8 de octubre de 2010

100 Radios, 100 experiencias, 100 sueños de radio!

El camino es el maestro dice mi querido Jorge Huergo. Y vaya si aprendimos recorriendo miles y miles de kilómetros de nuestro país. Compartimos pedacitos de nuestros andares por los caminos de Argentina, acompañando experiencias de radio en la ciudad, en poblaciones campesinas, en zonas de fronteras y en radios interculturales de pueblos originarios. Espacios donde se construye ciudadanía en el ejercicio de la palabra para reconocerse a si mismos. Son aportes para la acción política que busca esa vida digna que soñamos y con una clara apuesta a la Radio como camino estratégico para abrazar, aunar, hermanar, vincular, construir comunidad.
Un breve adelanto que muestra la otra radio, la otra comunicación!

El proyecto "Todas las Voces, Todos" que inició en el año 2009, significó un enorme desafío que apuntó al fortalecimiento y capacitación de más de 100 radios comunitarias, indígenas, escolares, y zonas de frontera. Lo gestionamos desde FARCO, conjuntamente con el área Proyectos Especiales del ex- COMFER, actual AFSCA (Autoridad Federal de Comunicación Audiovisual) y el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Judith Gerbaldo
Directora de Proyecto.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Informar no es comunicar

Alfonso Gumucio-Dagron reinstala el debate acerca de la diferencia entre el periodista que produce mensajes y el comunicador que piensa en procesos estratégicos. Y aporta sobre los procesos de formación en la materia.

Por Alfonso Gumucio-Dagron * Desde Guatemala
Los medios de comunicación masiva no existen, son una mentira. Ya lo escribió Antonio Pasquali en 1963 y más recientemente lo han repetido hasta el cansancio Dominique Wolton (1) y Eduardo Vizer, entre otros. Pero por algún motivo, en la jerga común seguimos hablando de “medios de comunicación” en lugar de usar las palabras que se ajustan más a su naturaleza real: medios de difusión o medios de información (aunque algunos dirán que desinforman, en lugar de informar).
Casi cincuenta años atrás Pasquali manifestaba su “repugnancia” frente al uso equivocado de los términos: “La expresión medio de comunicación de masas (mass-communication) contiene una flagrante contradicción en los términos y debería proscribirse. O estamos en presencia de medios empleados para la comunicación, y entonces el polo receptor nunca es una ‘masa’, o estamos en presencia de los mismos medios empleados para la información, y en este caso resulta hasta redundante especificar que son ‘de masas’”(2).
La frecuente confusión entre información y comunicación contamina todos los ámbitos, y entre ellos la academia, donde los periodistas pasaron de la noche a la mañana a llamarse “comunicadores sociales”. Sin embargo, el contenido de las carreras de comunicación no ha variado sustancialmente de lo que fueron hace cinco décadas. Sólo el nombre cambió, para incluir la publicidad, las relaciones públicas o la llamada “comunicación organizacional”, pero los contenidos siguen anclados en el servicio a los medios (prensa, radio, cine, televisión), ignorando por lo general los procesos de comunicación.
En la medida en que no se establece la distinción entre periodistas y comunicadores, tampoco se ve la diferencia entre mensajes (información) y procesos (comunicación). La confusión es generalizada no solamente entre el común de los ciudadanos, sino también entre los especialistas del tema, a quienes habría que recordarles el origen etimológico de la palabra comunicación (communio), asociada a “compartir”, “poner en común” y “participar”. La comunicación no tiene un solo polo generador de sentidos, sino múltiples. Muy diferente es el periodismo porque in-forma verticalmente, es decir dictamina y da forma (¿a aquello que es “informe”?).
Cuando hace años hice un recorrido de las maestrías y posgrados con énfasis en la comunicación como proceso, quedé sorprendido de encontrar que había menos de 25 universidades en todo el mundo donde se formaban comunicadores con una visión estratégica del desarrollo y el cambio social. Todas las demás maestrías estaban dirigidas hacia los medios o las empresas, y algunas a retroalimentar el campo académico de las ciencias de la comunicación. En otras palabras, las universidades producen masivamente periodistas, cerca de 50 mil cada año, pero solamente un puñado de especialistas de la comunicación.
Hay quienes no ven aún con claridad los rasgos que distinguen a un periodista de un comunicador. Sin embargo es tan simple como transitar por una calle en un solo sentido y por otra en dos sentidos.
Como periodista en ejercicio desde hace cuatro décadas actúo sobre la realidad inmediata y expreso mi pensamiento sin necesidad de consultar con nadie; hasta mi artículo más “neutro” es una toma de posición personal. El oficio del periodismo nos hace productores de mensajes escritos o audiovisuales y nos mantiene atados a los instrumentos.
Como comunicador asumo un papel diferente, el de un facilitador de procesos de comunicación participativa y horizontal, en los que aporto con mis conocimientos y técnicas en favor de decisiones y acciones colectivas, y los pongo en diálogo con otros conocimientos y experiencias. El comunicador piensa en procesos estratégicos, no en mensajes inmediatos.
Eduardo Vizer nos dice que históricamente hay una visión “informacional” de la comunicación, de carácter eminentemente funcional y pragmático, a la que se le opone una visión de carácter crítico y “humanista”: “Para los teóricos de la información de mediados del siglo XX, preocupados por lograr la correspondencia precisa entre información y realidad objetiva, la información representaba entonces una estructura “económica, eficaz y eficiente” de organización de datos, la representación de un objeto, un hecho o una realidad prácticamente física y exterior, representada fielmente en signos codificados y transmisibles. En cambio, la noción de comunicación es mucho más amplia, rica e indefinida, asociada con la construcción de la socialidad, los vínculos, la expresión cultural y subjetiva”(3).
Las palabras sirven a veces para confundir... No cuesta mucho usarlas con propiedad. No soy amigo de las definiciones de hierro, inamovibles y elaboradas con bisturí, pero sí de una comprensión semántica que nos aproxime a la verdadera naturaleza de las palabras que usamos.

1) Wolton, Dominique: (2009) Informer n’est pas communiquer, París, CNRS.
2) Pasquali, Antonio: (1963) Comunicación y Cultura de Masas, Caracas, Monte Avila Editores.
3) “Dimensiones de la comunicación y de la información: la doble faz de la realidad social”, en Signo & Pensamiento 55, pp. 234-246; volumen XXVIII, julio-diciembre 2009.

* Comunicador, especialista en comunicación y desarrollo.
Articulo publicado por diario Página 12 en sección La Ventana - Medios y Comunicación