miércoles, 28 de julio de 2010

México, Migrantes en la Frontera Sur (por Judith Gerbaldo)

Cuando se habla de migrantes en México, por lo general se hace referencia a la Frontera norte con el imperio, que concita atención de los medios, de las autoridades nacionales y de la comunidad internacional. De tal forma que el día a día de lo que pasa en la Frontera sur del país, resulta invisibilizado. La investigadora Ana Elena Barrios, de Enlace-Equipo Comitán, explica “Cuando se habla generalmente en México de migración, se suele hablar de la Frontera norte, que es la noción inmediata y en términos de la exigencia que le hacen los mexicanos al gobierno de Estados Unidos para el respeto de sus derechos”, dice Barrios. “Sin embargo, se suele ignorar que México es un país muy importante de tránsito y destino de migrantes, de personas centroamericanas que cruzan y llegan al sur de México a trabajar”, añade.

Si bien la demarcación entre México y Estados Unidos es la que más atención ha recibido desde principios de los ’90 y donde ha habido una documentación más o menos continua de los peligros enfrentados ahí, esto es sólo una parte de la realidad migratoria que se vive en las divisiones internacionales de México. De hecho, como demuestra el número de violaciones de derechos humanos y muertes en la frontera sur, la región se ha convertido en uno de los cruces más difíciles y azarosos para los migrantes indocumentados, la mayoría proveniente de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. En particular, el cruce por la ruta costera del Soconusco, el trecho que corre de Ciudad Hidalgo a Tonalá, resalta precisamente por la concentración de peligros potenciales que alberga. Ahí, la multiplicidad de amenazas que enfrentan los migrantes, incluyendo el asalto, la violación sexual, el robo y la pérdida de miembros debido a caídas del tren (el llamado tren de la muerte), por nombrar sólo algunas, hace que esta región se distinga por el alto de grado de riesgo que presenta para los que intentan atravesarla. De la misma manera como ocurre en otras zonas fronterizas, pueblos, aldeas o pequeños puntos de cruce, han sido históricamente escenarios del flujo de bienes diversos, pero también y sobre todo, del movimiento de personas. Sin embargo, a lo largo de esta frontera se pueden observar áreas de más intensa movilidad, cuyas motivaciones principales son de tipo laboral, con la esperanza de encontrar un lugar de inclusión en el mundo.

La sensibilidad social de los artistas comprometidos con el devenir de su país, expresada con fuerza expresiva sin igual en las muestras “Migrantes, Frontera Sur” y “Mudanzas, migraciones múltiples” ésta última originada en el Museo de Mujeres Artistas Mexicanas, que convocó a 12 fotógrafas de diversas culturas y orígenes, que pudieran mirar la realidad de polvo y espanto que anida por el sur del país. Una y otra pueden verse en el Museo de Artes Gráficas y Visuales, y en el Museo de Arte Popular, ambos de la ciudad de Oaxaca, gestionados con sentido crítico y transformador. Tanto es así que la Biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (BIAGO) especializada en arte, alberga alrededor de 60,000 volúmenes principalmente donados por el pintor Francisco Toledo, quien también fundó el Cineclub El Pochote, El Centro Fotográfico Manuel Alvarez Bravo, la Fonoteca Eduardo Mata y notables Galerías de exposiciones.

Muestras que impactan el alma, revelan persecución, represión, inacción oficial de múltiples estados y países y simple abandono de hombres, mujeres y niños a lo más terrible de la indignidad.

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