Comparto algunos interrogantes que me formularon para una entrevista, y con ellos las primeras reflexiones sobre los desafíos que se vienen en torno a la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual - SCA-
-Qué aporta esta ley a la sociedad?
La nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, conocida como Ley SCA reconoce entre sus antecedentes el marco jurídico y la normativa internacional y la vigente en nuestro país, que garantizan el derecho a la libertad de expresión, de prensa y el derecho a la Información, inherente al ejercicio de una ciudadanía plena. Y el dato más significativo quizá, es que retoma y cita los 21 puntos, elaborados en el marco de la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Desde esos aportes y antecedentes, la recientemente sancionada Ley de Medios considera a la comunicación como un servicio y no como un negocio, pone el acento en el derecho a la comunicación como un derecho humano fundamental, reconoce y promueve la diversidad cultural, garantiza la pluralidad de voces, la distribución equitativa de frecuencias en tres tipos de prestadores (públicos, de gestión social y privados) con una reserva del 33 % del espectro para los medios sin fines de lucro, diversidad de fuentes de información, promoción del trabajo y la producción local, con claros límites a la concentración monopólica y oligopólica. Abre el camino para una historia de participación y construcción colectiva. Sentidos por los que hemos venimos insistiendo en la larga lucha por el derecho a la comunicación: que implique mayor participación pública y ciudadana en la decisión sobre estándares digitales, en la gestión del espectro y en la elaboración de políticas públicas convergentes en comunicación, cultura, difusión digital, telecomunicaciones, reducción de la brecha digital, y apoyo del Estado con recursos que garanticen pluralidad de voces, de manera incluyente y democrática en el nuevo paisaje digital multimedial.
-Qué ganan y qué pierden los grandes medios?
En primer lugar quiero destacar que la democracia argentina tiene una nueva ley de medios, y con esto gana toda la ciudadanía. Los grandes medios han perdido credibilidad, se desenmascararon, diría que por defender corporativamente sus intereses económicos, no reconocieron ni reflejaron en su justa medida el movimiento social que prohijó esta ley. Y en esa línea podemos afirmar, que los medios privados profesionales junto a aquellos sectores que se opusieron al tratamiento de esta ley, dejaron que les pasara por encima el tren de la historia. Porque la ley SCA significa un antes y un después en el escenario de medios del país.
Recordemos que en el 2004 nació la Coalición por una Radiodifusión Democrática, oportunidad en la que elaboramos los 21 puntos por una ley de radiodifusión de la democracia. Los presentamos el 27 de agosto de 2004 en una transmisión nacional, y fueron 21 puntos consensuados por más de 300 organizaciones sociales, actores políticos, sociales, culturales, las dos centrales sindicales (CTA y CGT). Fueron 21 puntos, por los 21 años de recuperación de la democracia. Durante 4 años, a lo largo y ancho del país estos 21 puntos fueron presentados, discutidos, consensuados entre la ciudadanía. En Abril de 2008, la Presidenta recibe a la Coalición, y se le presentan los 21 puntos. Luego recibe a las universidades y otros sectores que integran la Coalición. Como parte de este proceso, el 18 de Marzo de 2009, Cristina Fernandez se hace eco de nuestra demanda y presenta en el Teatro Argentino de La Plata el Anteproyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Después de esto, se hicieron 24 foros de debate en todo el país, con más de 1200 propuestas o aportes. Los foros fueron abiertos y públicos. Con esos aportes se corrigió la propuesta original. De modo que el 27 de agosto de 2009, a 5 años de la presentación de los 21 puntos, el gobierno argentino envía un texto de proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual al Congreso Nacional, con más de 50 modificaciones. Luego vendría el debate en la Cámara de diputados, y las jornadas de audiencias públicas, en las que participaron representantes de radios, universidades y carreras de comunicación, organizaciones sociales y empresarias, organismos de derechos humanos, que enriquecieron el texto. Con igual modalidad se realizaron las audiencias en el senado de la nación. Un consenso y debate inédito en Argentina, creo que nunca antes hubo tanto pueblo en una ley.
Con la ley aprobada, uno de los desafíos de la ciudadanía y de la coalición en particular será luchar para participar en su reglamentación y luego en su implementación. Desde la Coalición siempre luchamos por una Ley que establezca nuevas reglas de juego en el escenario de medios del país. Una Ley que no responda a intereses sectoriales. Luchamos por una Ley para toda la ciudadanía, que le ponga límites a la expansión de los monopolios, que regule el funcionamiento de todos los medios, que habilite a las cooperativas - el art. 45 del decreto ley 22.285 las excluía de la posibilidad de gestionar medios-, en la que tengan participación tanto pequeños como grandes difusores, y obviamente incluya a organizaciones y movimientos sociales como el nuestro – FARCO-
Lo que viene es un tiempo de inversión y de adecuación. Tiempo de adecuación porque el articulo 161 hace referencia a un período de adecuación de los actuales monopolios a lo que plantea la ley: establece un límite máximo de hasta 10 frecuencias por empresa. Varios de los oligopolios vigentes en Argentina superan largamente ese número, por lo que tendrán que tomar decisiones empresariales y adecuarse a la norma. El período puede pensarse de un año y medio o dos (según sea el tiempo que demande la conformación de la autoridad de aplicación, y la reglamentación general del instrumento legal).
También decimos con claridad que viene un tiempo de inversión, porque habrá mayor diversidad de voces, habrá mayor presencia de voces locales y reconocimiento de las identidades regionales y de organizaciones sociales que gestionarán medios. Habrá también un sistema gratuito de televisión, y el cable, o los servicios por suscripción van a abaratarse. Las cooperativas van a poder ingresar como prestadoras del servicio de radio y televisión. Cada radio y cada canal de televisión tendrá que garantizar una cuota de producción local. La ley habla de una cuota de pantalla para el cine nacional y latinoamericano; habla de que las Radios y los canales de televisión tengan trabajadores: periodistas, operadores, técnicos. Lo mismo ocurre con la música nacional. La ley no condiciona contenidos. Excepto en cuanto a exigencias que tienen que ver con la producción local, la producción propia y la producción nacional, establecida en un piso del 30 %. También hay protección a niñas, niños y adolescentes, pero no hay en el texto de la ley ninguna posibilidad de que la autoridad estatal evalúe la línea editorial del medio. Con el aporte de la Red PAR y de otras organizaciones de mujeres, se incorporaron artículos referidos al uso de lenguaje no sexista que apunte a la prevención de violencia hacia las mujeres.
Desde la comunicación y la cultura como mirada más amplia, entiendo que se propiciará un proceso de construcción de nuestra propia identidad como país, en torno a un horizonte común que apunte a democratizar la sociedad a partir de la democratización de la palabra.
-La opinión pública está de acuerdo con esta nueva ley o se dejó persuadir con los mensajes de los multimedios?
Días atrás leía un texto que me envió Jorge Huergo quién decía que la nueva Ley de Comunicación en varios sentidos patea el tablero de la comunicación, pero también el de las políticas culturales en Argentina. En especial, porque revoluciona el campo de la palabra. Señalaba “hay cuatro aspectos centrales de la Ley que contribuyen a revolucionar el campo de la palabra: la des-monopolización de la palabra (y la imagen), la democratización de la palabra, el quiebre de una prolongada des-politización de la esfera pública y el impulso de unas políticas culturales otras”
Estas afirmaciones tienen sentido a la luz del rol central que ha jugado la Coalición por una radiodifusión democrática. Entiendo que es un movimiento social maravilloso, que día a día suma gente en todos los puntos del país. La gente se apropió de los 21 puntos y la militancia por la ley, pese a la campaña feroz de los multimedios. Actualmente bibliotecas, escuelas públicas, organizaciones barriales, organizan debates y foros por la ley. Luchan contra la desinformación de los grandes medios, a quienes ven demasiado preocupados en no perder un segmento de sus negocios. La Coalición expresa a la ciudadanía ganando y resignificando el espacio de lo público. Osea, el quiebre de esa prolongada despolitización de la esfera pública a la que refiere Huergo.
En los últimos dos, tres meses, hemos asistido en la Argentina a una verdadera dictadura mediática. Los medios que pertenecen a monopolios y oligopolios han superado todos los límites de la ética periodística por la vía del ocultamiento o tergiversación de la información, presentando solo las voces críticas al proyecto de ley, denominándola como de control de medios, ley K o ley mordaza. Afirmaciones invisibilizadoras de construcciones sociales históricas que anteceden al actual gobierno - y seguiran vigentes por fuera del mismo-. Organizaciones y movimientos cuyas prácticas expresan por si mismas el compromiso por el derecho a la comunicación de todas y todos y no solo el derecho de las empresas tan defendidos en los spots televisivos de TN por ejemplo. Las prácticas de nuestras radios hablan de la otra comunicación, de los otros mundos reales y posibles, de la energía creadora del pueblo, de la diversidad en todas sus expresiones, de presencia de organizaciones y movimientos sociales. A quienes los grandes medios asignan la crónica roja, un lugar anecdótico o de color si realizan algo llamativo, o como pasa en la mayoría de los casos, son invisibilizados porque la agenda pública pasa por otros intereses. Otro lugar significativo lo ocupan los medios públicos no gubernamentales. Veamos por caso las radios y canales de televisión de las universidades, que por su sola estructura son autónomos y autárquicos.
En este sentido, la ciudadanía está creciendo en su mirada crítica, está descubriendo el juego de los monopolios. Con todo, creo que habrá que continuar trabajando y militando para aclarar y resignificar una ley que a todas luces, es un instrumento legal posibilitador del ejercicio y el derecho a la palabra.
- la oleada de juicios hacia el gobierno, que anuncian los grandes medios, podría ser un factor para hacer flaquear esta ley?No creo que haya una oleda de juicios, en el país tenemos cuatro o cinco monopolios que manejan el 80 % de la información. Dos han expresado abiertamente que accionarán judicialmente en el intento por declarar inconstitucional la ley. Confío en la democracia y los sólidos tratados internacionales que inspiran a la nueva normativa, cuanto el rol de una ciudadanía plena, que continuará trabajando para legitimar tantos años de lucha.
Lic. Judith Gerbaldo
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